Lágrimas, llanto y sonrisas. Jugadores que salían corriendo como locos y un técnico que, arrodillado, parecía dar gracias al Altísimo. Rabia desbordada, rostros con ojos muy abiertos, abrazos, gritos.
No era para menos, recién acababan de completar la gesta, esa que muchos hinchas ni siquiera tenían en los planes.
El triunfalismo de los hinchas locales hizo que Santa Fe se sintiera campeón antes de saltar al campo de juego de El Campín, pero con lo que no contaban los dirigidos por Wilson Gutiérrez era con que en el fútbol existe la jerarquía y Nacional la sacó anoche para alcanzar su estrella 12, al imponerse por 2-0.
Se repitió la historia de 2005, y los goles de Jéfferson Duque y Luis Fernando Mosquera fueron la cuota inicial para el cúmulo de sentimientos que afloraron en la vuelta olímpica del club paisa.
El técnico Juan Carlos Osorio derritió su fría coraza con el llanto. Para él era un triunfo sobre quienes lo han criticado. Una forma de reafirmar su polémica rotación y una manera de conquistar a los incrédulos.
Los futbolistas nacionalistas se acercaron a un sector de occidental en la que se encontraban camuflados unos 600 hinchas para saludarlos.
Macnelly Torres recibió el trofeo, los demás lo acariciaban, se la pasaban unos a otros con la satisfacción de haber vencido la hostilidad de 40.000 hinchas rivales, la desconfianza de algunos de sus propios aficionados y el tener presente que entraban en la historia del Rey de Copas. Por primera vez, un equipo que empató el primer partido en su patio, se llevaba el título.
"Somos justos campeones, porque superamos los momentos difíciles y respondimos", dijoAlexánder Mejía.
En la mente de él y en la de sus compañeros estaban la cantidad de simpatizantes que los despidieron en Medellín y los que los recibieron en Bogotá. Significaba un premio para ellos. Además, era regresar a la Copa Libertadores.
La tristeza cardenal contrastó con la alegría verde. El estadio se fue quedando vacío. En silencio y con una expresión de impotencia se fueron los hinchas locales. "Ojalá disfruten esto en Medellín en paz. Todo el mundo veía a Santa Fe como favorito, pero para eso tenían que ganarnos", dijo John Pajoy.
El técnico Osorio se calmó, no habló con los medios, dejó a los jugadores solos en la cancha como diciéndoles, celebren que es de ustedes. Se echó la bendición y entró al camerino. Nacional, hoy, es 12 veces más grande.
No era para menos, recién acababan de completar la gesta, esa que muchos hinchas ni siquiera tenían en los planes.
El triunfalismo de los hinchas locales hizo que Santa Fe se sintiera campeón antes de saltar al campo de juego de El Campín, pero con lo que no contaban los dirigidos por Wilson Gutiérrez era con que en el fútbol existe la jerarquía y Nacional la sacó anoche para alcanzar su estrella 12, al imponerse por 2-0.
Se repitió la historia de 2005, y los goles de Jéfferson Duque y Luis Fernando Mosquera fueron la cuota inicial para el cúmulo de sentimientos que afloraron en la vuelta olímpica del club paisa.
El técnico Juan Carlos Osorio derritió su fría coraza con el llanto. Para él era un triunfo sobre quienes lo han criticado. Una forma de reafirmar su polémica rotación y una manera de conquistar a los incrédulos.
Los futbolistas nacionalistas se acercaron a un sector de occidental en la que se encontraban camuflados unos 600 hinchas para saludarlos.
Macnelly Torres recibió el trofeo, los demás lo acariciaban, se la pasaban unos a otros con la satisfacción de haber vencido la hostilidad de 40.000 hinchas rivales, la desconfianza de algunos de sus propios aficionados y el tener presente que entraban en la historia del Rey de Copas. Por primera vez, un equipo que empató el primer partido en su patio, se llevaba el título.
"Somos justos campeones, porque superamos los momentos difíciles y respondimos", dijoAlexánder Mejía.
En la mente de él y en la de sus compañeros estaban la cantidad de simpatizantes que los despidieron en Medellín y los que los recibieron en Bogotá. Significaba un premio para ellos. Además, era regresar a la Copa Libertadores.
La tristeza cardenal contrastó con la alegría verde. El estadio se fue quedando vacío. En silencio y con una expresión de impotencia se fueron los hinchas locales. "Ojalá disfruten esto en Medellín en paz. Todo el mundo veía a Santa Fe como favorito, pero para eso tenían que ganarnos", dijo John Pajoy.
El técnico Osorio se calmó, no habló con los medios, dejó a los jugadores solos en la cancha como diciéndoles, celebren que es de ustedes. Se echó la bendición y entró al camerino. Nacional, hoy, es 12 veces más grande.
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